Exacto, has leído bien: no necesitas decir ni una sola palabra para aprender idiomas. Déjame explicarte esto más en profundidad porque supongo que te habrá parecido un poco extraño.
Siempre nos han dicho que lo que llamamos “práctica” es fundamental para aprender idiomas y que, a través de la misma, algún día seremos capaces de usar dichos idiomas realmente. La práctica se reduce en muchas ocasiones a realizar ejercicios y exámenes gramaticales, pero centrémonos en la ”práctica” entendida como la producción oral en este caso.
Como acabo de decir, siempre hemos considerado la “práctica” como la clave para mejorar nuestro conocimiento de un idioma, sin embargo lo que quiero comentarte en este artículo es que éste no es el caso en absoluto.
La “práctica o output” no es la causa de nuestra mejora, sino una consecuencia de la misma, una mejora que se produjo a través de recibir suficientes cantidades de información, “input” o entrada comprensible. Por decirlo de una forma sencilla, no mejoramos al hablar, sino que somos capaces de hablar porque ya hemos mejorado. Es decir, que nuestra capacidad de producir es una consecuencia de dicha mejora y no una causa.
Cuando hablamos no estamos mejorando nuestro conocimiento del idioma de forma directa en absoluto. Ahora bien, como ya he comentado en alguna ocasión, sí lo hacemos de forma indirecta y es por eso que mi intención con este artículo no es la de evitar la producción sino la de explicar cómo funciona el proceso de adquisición real de un idioma.
Mejoramos de forma indirecta porque cada vez que decimos algo en una conversación, normalmente se va a producir una respuesta por parte de la otra persona y vamos a recibir “input” o información comprensible. Ya he comentado también en alguna ocasión lo que sucede cuando una persona va a vivir a un país donde su idioma objetivo es hablado.
Estas personas acaban adquiriendo el idioma porque tienen acceso a información comprensible prácticamente las 24 horas del día. Se cree que es gracias a la práctica que acaban adquiriendo el idioma, pero es en realidad gracias a la enorme cantidad de información o "input" comprensible a la que tienen acceso. Ahora bien, hay que tener cuidado con la inmersión per se, porque en etapas iniciales la información puede no ser comprensible y tratarse sólo de ruido para esa persona en particular, por lo que la adquisición del idioma no se producirá. En fundamental que la información sea comprensible.
Por muy extraño que pueda parecer todo esto, sólo tenemos que mirar nuevamente al caso de los niños pequeños y su lengua materna. Los niños reciben información o entrada comprensible durante bastante tiempo (comprensible gracias al esfuerzo de sus padres mediante lenguaje sencillo, gestos, juguetes...) hasta que están preparados para empezar a hablar.
El hecho de que no digan ni una sola palabra no quiere decir que no estén progresando, sino que simplemente el proceso funciona así. De hecho, podemos comprobar que están progresando porque cada vez entienden más y porque, en muchas ocasiones, realizan un cierto movimiento o gesto apropiado como respuesta a nuestras palabras.
Ésta es una de las principales diferencias entre los niños y nosotros los adultos. Por falta de conciencia sobre ello, pero los niños no se preocupan en ningún momento por no ser capaces de producir o hablar, mientras que nosotros los adultos queremos hablar cuanto antes. Aunque entiendo este sentimiento perfectamente, al final tenemos que saber que el proceso funciona de la manera que el ejemplo del los niños pequeños nos muestra constantemente un día tras otro.
A todos nos gustaría ser capaces de hablar como una nativo en tres meses, pero eso simplemente no es posible porque el proceso de adquisición de un idioma no funciona así en nuestro cerebro.
También tenemos multitud de ejemplos de niños que se crían en ambientes familiares bilingües o trilingües y que nunca utilizan alguno de esos idiomas hasta que no viajan al país o no se ven rodeados por un ambiente de dicho idioma. Pongamos un ejemplo.
Hay muchos casos en los que digamos por ejemplo que el niño se cría en Estados Unidos y sus padres le hablan en inglés, español y alemán, por poner un ejemplo. Pongamos que su madre le habla en alemán porque ella nació en Alemania. Pues bien, se han dado multitud de casos en los que el niño no produce ni una sola palabra en alemán hasta que no viaja a Alemania con 14 años, por ejemplo. Y, cuando se ve rodeado de un ambiente alemán en ese momento, de repente se produce “el milagro”, y el niño habla un alemán perfecto a pesar de no haber producido ni una sola palabra en el idioma hasta dicho instante.
Estos casos se producen realmente de forma constante, y nos muestran que la verdadera clave para adquirir un idioma reside en el “input” o información comprensible, y no en la “práctica”, como siempre nos han hecho creer. Es a través de recibir información comprensible que adquirimos el idioma para, más adelante, ser capaces de empezar a producir como consecuencia de ello.
Aunque pueda parecer un argumento un poco simplista, ya he comentado alguna vez que si nuestro progreso dependiera de la “práctica o output”, creo que los niños pequeños nunca empezarían a hablar.
Es por esta razón que he titulado este artículo “no necesitas hablar para aprender idiomas”. Ahora bien, como ya he dicho anteriormente, no quiero decir que nos olvidemos de producir ni que necesitemos años para empezar a hacerlo, simplemente quiero presentar cómo funciona realmente el proceso y dar a conocer que nuestro habla o producción es una consecuencia y no una causa. Creo que es fundamental comprender este concepto.
Por tanto, por supuesto que podéis producir tanto como queráis, pero simplemente recordad que la “práctica” es una consecuencia y no la causa de vuestra mejora. Quiero que recordéis esto cuando sintáis que todavía no podéis producir en un idioma tanto como os gustaría, porque esto sólo quiere decir que el proceso funciona así y que necesitáis más “input”, información o entrada comprensible, y no que se os den mal los idiomas o creencias similares.
Conocer esto me ha evitado muchas frustraciones en mi caso personal, y he observado que el hecho de no ser capaces de producir como nos gustaría es una de las principales causas de frustración en aquellas personas que quieren aprender idiomas (si no la más importante). Ahora ya sabemos que el proceso simplemente funciona así.
Por otra parte, creo que es realmente un alivio, pues cuando veas que todavía no puedes producir como te gustaría, lo único que tienes que hacer es centrarte en recibir más información o entrada comprensible. Y ya sabemos que podemos llevar esto a cabo a través de leer nuestros libros favoritos, ver nuestras series preferidas…
Que diferencia con la forma tradicional gramatical de aprender los idiomas!, ¿no creéis?
Muchas gracias por leer este artículo y espero de verdad que haya supuesto un alivio para todos vosotros conocer esta información como lo fue para mí en su momento. Como ya he dicho en miles de ocasiones, TODOS podemos aprender CUALQUIER idioma disfrutando del proceso si seguimos los principios correctos.
No dudéis en dejarme vuestros comentarios, preguntas, sugerencias... en la sección de comentarios, estaré encantado de leerlos.
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