Creo que ésta es una de las ideas fundamentales para comprender el proceso por el que un idioma es realmente adquirido.
Como adultos estamos acostumbrados a querer tener un control consciente sobre todo en nuestras vidas, y nuestro conocimiento de un idioma extranjero no es una excepción.
Además, estamos tan acostumbrados a esas clases de idiomas tradicionales basadas en el estudio consciente de los mismos y de sus reglas gramaticales, que creemos que la única forma posible de llegar a adquirir un idioma es a través del conocimiento consciente del mismo.
Cuando nos aprendemos una cierta regla gramatical conscientemente o memorizamos unas ciertas palabras de vocabulario, obtenemos una (falsa) sensación de mejora gracias a este conocimiento “tangible”. Sin embargo, ya sabemos todos muy bien qué sucede cuando sales al mundo real e intentas mantener una conversación tras haber aprendido un idioma de esta forma.
Lo que sucede es que necesitas pensar conscientemente todo lo que quieres decir, y necesitas tiempo para acceder a ese conocimiento consciente que adquiriste con los métodos tradicionales, un tiempo del que, a diferencia de un examen o ejercicio gramatical, no dispones en una conversación en tiempo real.
Como ya he comentado en alguna ocasión, es por esta razón que observamos ese discurso dubitativo con numerosas pausas cuando alguien habla en un idioma extranjero. Esto se produce porque está intentando acceder a ese conocimiento consciente adquirido y necesita tiempo para ello. También sabemos muy bien lo cansado que es este proceso de tener que pensar conscientemente absolutamente todo lo que quieres decir.
Por su parte, la verdadera adquisición de un idioma se produce de forma subconsciente. A través de recibir información, “input” o entrada comprensible, procesamos el lenguaje en nuestro cerebro y llevamos a cabo una representación mental del mismo para, más adelante, ser capaces de producir de forma espontánea y natural.
Al final es tan sencillo como esto: mejoramos nuestro conocimiento de un idioma cuando entendemos lo que nos dicen. Por muy extraño que pueda parecer el párrafo anterior, no es sino el mismo proceso por el que todos y cada uno de nosotros adquirimos nuestra lengua materna.
Si os fijáis bien, los niños pequeños reciben información o entrada comprensible (comprensible gracias al esfuerzo de sus padres para que así sea, por medio de lenguaje sencillo, lenguaje no verbal, objetos...) durante un tiempo hasta que están preparados para empezar a hablar.
Evidentemente, a nadie se le ocurre enseñar a su niño pequeño las reglas gramaticales ni basar la adquisición del idioma en ninguna forma de aprendizaje consciente, sino que el niño adquiere el idioma de forma subconsciente gracias a un contexto y a entender lo que le están diciendo.
Este concepto de adquisición subconsciente puede resultar un poco difícil de comprender para nuestra mente acostumbrada al aprendizaje consciente, pero creo que es una de las claves para entender cómo funciona realmente el proceso y para darnos cuenta de que la adquisición de un idioma es mucho más placentera de lo que nos habían contado. Y, digámoslo así, el subconsciente entiende todos los idiomas, o tiene el potencial de aprender todos los idiomas
Ya no necesitamos aprender reglas conscientemente o memorizar palabras (un proceso que estoy seguro todos “amamos”), sino que podemos adquirir realmente un idioma a través de realizar actividades interesantes y placenteras como leer libros, ver programas y series de televisión, mantener conversaciones con personas de otros países… Actividades que, irónicamente, son mucho más adecuadas y efectivas.
También podemos adquirir idiomas gracias a clases interesantes y entretenidas que se basan en los principios correctos de adquisición de un idioma.
La idea entonces es que al leer un libro, ver un programa de televisión o cualquiera que sea la actividad, nuestra atención esté centrada en comprender el mensaje (siempre que hablo de comprender me refiero al mensaje o a la línea general de lo que está sucediendo, y no a todas y cada una de las palabras) y en seguir la historia y, si entendemos lo que está pasando, estaremos adquiriendo el idioma de forma subconsciente.
Ésta es la forma en la que un idioma es realmente adquirido. Gracias a una historia y a un contexto, somos capaces de procesar el lenguaje en nuestro cerebro y de asociar unas determinadas palabras o expresiones a su significado. Y, repito, esto se produce de forma subconsciente cuando entendemos lo que nos están diciendo.
El principal problema es que a nuestra mente acostumbrada al conocimiento consciente le da pavor el hecho de no poder controlar o “medir” el conocimiento adquirido. Es por esta razón que aparece una especie de incertidumbre al adquirir un idioma subconscientemente. Sin embargo, seremos capaces de combatir esta incertidumbre al ver que cada vez podemos comprender más y más del idioma y al comprobar cómo empezamos a producir poco a poco de forma espontánea y natural, tal y como sucede en nuestra lengua materna.
En este sentido, la diferencia principal con los niños pequeños es que éstos, por falta de consciencia, no se preocupan del proceso y simplemente empiezan a hablar cuando están preparados para ello. Gracias a su falta de consciencia, no se preocupan por obtener un conocimiento consciente del idioma, sino que su objetivo principal es el mensaje y la comunicación, sea como sea, y empezarán a hablar cuando se sientan preparados.
Sin embargo, nosotros los adultos queremos tener un conocimiento consciente sobre todas las cosas y poder empezar a hablar cuanto antes. Entiendo perfectamente que queramos ser capaces de empezar a hablar cuanto antes, y sé que nuestra avidez por el conocimiento consciente se debe en gran parte a haber recibido clases de idiomas basadas en los métodos tradicionales durante toda nuestra vida, pero al final sólo se trata de confiar en el proceso y en los mismos principios por los que todos y cada uno de nosotros hemos adquirido nuestra lengua materna.
Al final, lo realmente importante es la comunicación y no la forma, y es por eso que estaremos progresando siempre que entendamos el mensaje.
Y, además, una vez que nos damos cuenta de esto y lo interiorizamos, el proceso entero y cualquier actividad que llevemos a cabo van a ser mil veces más placenteros.
En mi caso personal, puedo decir que ver programas, series o películas en otro idioma se ha convertido en una actividad mucho más placentera de lo que solía ser. Ya no me preocupo por entender cada una de las palabras o en centrar mi atención en una palabra específica que uno de los personajes ha pronunciado, sino que toda mi atención está puesta en el mensaje de la historia y en seguir el argumento, ya que sé que lo único que necesito para mejorar es comprender el mensaje. Creedme cuando digo que es mucho más interesante y entretenido.
Obviamente, ya he dicho en muchas ocasiones que el mensaje tiene que resultar comprensible porque si no sólo sería ruido y no se produciría mejora alguna, y es por eso que escribí el eBook gratuito “El Mundo de los Idiomas”, para proporcionar ideas de recursos y actividades interesantes y placenteras por niveles para seguir mejorando nuestro conocimiento del idioma.
Gracias a todos por leer este artículo y espero que os haya servido para empezar a cambiar el chip un poco y entender que el proceso real de adquisición de un idioma es subconsciente, ya que considero que es una de las ideas principales que necesitamos comprender para tener éxito en nuestro "viaje lingüístico".
Muchas gracias por tu aportación. Feliz semana.
Muchas gracias a ti Maia!