En el artículo de hoy, quiero hablaros de la importancia del «input», información o entrada comprensible para aprender inglés o un idioma cualquiera de forma real.
Esta nueva hipótesis del “input” o información recibida es una de las hipótesis más importantes para comprender el proceso de adquisición subconsciente de una lengua.
Como ya comenté en el artículo de la hipótesis del “aprendizaje vs adquisición”, nuestra interacción en un idioma determinado se puede dividir en “input” o información recibida (al escuchar y al leer), y en “output” o producción (al hablar y al escribir).
Los métodos tradicionales basados en el aprendizaje consciente de una lengua se basan en el concepto de que a partir de la práctica y la producción constante desde el primer momento, seremos capaces de desarrollar nuestras habilidades lingüísticas. Por su parte, los métodos basados en la adquisición subconsciente de una lengua defienden que desarrollamos nuestras habilidades a partir de recibir “input”, información o entrada comprensible, y que la producción es una consecuencia de ello.
Ya he comentado en varias ocasiones el ejemplo de los niños al adquirir su lengua materna, los cuales reciben información o entrada comprensible durante bastante tiempo (un año y medio, dos años…, dependerá de las características individuales del niño, y lo mismo sucederá con los adultos en su segundo idioma) hasta que están preparados para empezar a producir. Y, hasta dicho momento, los niños entienden perfectamente el mensaje de la información que reciben, ya que ésta resulta comprensible por la modificación del discurso de los adultos al hablar con ellos; pero simplemente no están preparados todavía para empezar a producir.
Por lo tanto, ya hemos visto que nuestra producción es realmente una consecuencia y no una causa de nuestro progreso o del desarrollo de nuestras habilidades lingüísticas, al contrario de lo que se cree mayoritariamente. Es por ello que nuestros esfuerzos deben estar centrados en la parte de “input”, es decir, en proporcionar información o entrada comprensible que ayude a los alumnos a desarrollar sus habilidades en el idioma, tal y como sucede en el caso de la adquisición de nuestra lengua materna.
Es importante entender que nuestra producción o “output” no produce una mejora de nuestras habilidades lingüísticas de forma directa (se que esto es un poco difícil de comprender, pues hemos entendido el aprendizaje de idiomas de una manera toda la vida), al contrario de lo que se cree, sino que, como ya he comentado, aquella es una consecuencia y no una causa de nuestro progreso. A modo de ejemplo, hablar una hora todos los días en un idioma extranjero delante de un espejo sería una actividad cuanto menos curiosa, pero no produciría ningún tipo de mejora de nuestras habilidades lingüísticas en dicho idioma.
Sin embargo, también hay que aclarar que evidentemente sí nos va a ayudar a mejorar nuestras habilidades de forma indirecta, pues el hecho de comunicarnos con alguien en un idioma determinado lleva implícito el hecho de que se va a producir una comunicación recíproca, por lo que vamos a ser capaces de recibir grandes cantidades de “input” o información que nos ayude a seguir progresando.
Es por ello que aquellas personas que se van a vivir a un país donde su lengua objetivo es hablada consiguen mejorar sus habilidades lingüísticas en el idioma en mayor medida. Se cree que la práctica es la culpable de ello, cuando realmente lo es el hecho de tener acceso a información en el idioma prácticamente en todo momento. Aunque, como veremos a continuación, el hecho de tener acceso a información no es sinónimo de éxito per se, sino que hay otras variables que actúan en este proceso.
Características de este «input» o información
Veamos ahora las características que debe tener este “input” para que se produzca realmente la adquisición de una lengua.
El “input”, información o entrada que recibimos debe cumplir dos características fundamentales: debe ser comprensible e interesante.
¿Cuál es el problema al que se enfrenta una persona que empieza su andadura en un determinado idioma desde cero (o casi):
- Que el mundo real ofrece una cantidad ilimitada de información interesante, pero ésta no es comprensible. Es por ello que el “vete a vivir a Francia si quieres aprender francés”, es decir, la inmersión per se, puede no funcionar y llegar a ser muy frustrante para personas empezando de cero.
- Que las clases de idiomas, generalmente, proporcionan información o entrada comprensible, pero no interesante (situaciones sin contexto, reglas gramaticales…), por lo que los alumnos van a perder el interés rápidamente y la adquisición tampoco se va a producir.
- Algunas clases son capaces de rizar el rizo y proporcionan “input” o información que no es ni comprensible ni interesante. No hace falta analizar qué va a suceder en este caso.
Es evidente que cuando la información no es comprensible, esa persona no va a entender el mensaje y no se va a producir adquisición alguna de la lengua. En el caso de que la información no sea interesante, sí se producirá una cierta adquisición si el mensaje es comprensible, pero en el largo plazo (y no tan largo) los alumnos perderán el interés y seguirán viendo el aprendizaje de un idioma como un proceso arduo y aburrido, por lo que la adquisición de la lengua se detendrá también en ese punto.
Por tanto, la función de los profesores de idiomas es proporcionar la suficiente cantidad de “input” o entrada comprensible e interesante para que los alumnos alcancen un nivel que les permita utilizar la fuente más rica de información que existe, esto es, el mundo real. Es decir, que les permita comunicarse y seguir recibiendo “input” que les ayude a continuar su progresión.
Métodos que siguen los principios correctos
Para ello, nacieron una serie de métodos basados en las hipótesis del profesor Krashen que voy a mencionar brevemente a continuación y de las que hablaré más en profundidad en otro artículo.
Uno de ellos es el llamado TPR (Total Physical Response), creado por el Dr. James J. Asher, profesor de psicología en la Universidad de San Jose State. El método consiste básicamente en dar órdenes que implican movimiento a los alumnos, por lo que éstos se centrarán en entender el mensaje y será muy fácil comprobar por parte del profesor si aquello se ha producido y los alumnos continúan adquiriendo el idioma. Esto produce una especie de interiorización física del lenguaje que ayudará a su adquisición subconsciente y hará que dichas palabras o estructuras sean producidas de manera natural en el futuro.
El otro método basado en las hipótesis de Krashen y, desde mi punto de vista y del del propio Krashen, el más completo e interesante, es uno de los temas centrales de este proyecto, es decir, el TPRS (Teaching Proficiency through Reading and Storytelling), desarrollado por Blaine Ray en la década de los 90 y que puede considerarse una evolución del anteriormente mencionado TPR (en primera instancia se definió como TPR Storytelling manteniendo las siglas de Total Physical Response, para más tarde convertirse en TPRS con el nuevo significado de sus siglas).
Existen algunos otros métodos (The Natural Approach, Suggestopedia…) que mejoran sensiblemente a aquellos métodos tradicionales basados en la gramática y el aprendizaje consciente de una lengua, y que se basan en los principios correctos, pero considero que estos dos son definitivamente los más interesantes y los que mejores resultados van a conseguir para el desarrollo de las habilidades lingüísticas de los alumnos.
Conclusión
A modo de resumen, esta hipótesis nos introduce un concepto fundamental para comprender cómo se adquiere realmente una lengua. El hecho de que el “input” o información recibida es la clave de nuestros progresos y de que éste precede a nuestra producción es una idea clave para el aprendizaje de idiomas.
Tantos años de enseñanza de idiomas a través de los métodos tradicionales basados en la gramática y el aprendizaje consciente nos han hecho creer que la llamada práctica es la clave para el desarrollo de nuestras habilidades, y es por ello que cuesta tanto comprender el concepto de que esto no es así y de que la producción es realmente una consecuencia y no una causa de nuestro progreso, pero basta mirar nuevamente al caso de los niños pequeños con su lengua materna para darnos cuenta de la idoneidad y de la importancia de esta reversión de la ley de causalidad.
Este concepto es crucial, porque hará que centremos todos nuestros esfuerzos en proporcionar “input”, información o entrada comprensible que facilite el progreso real de los alumnos, en lugar de hacerlo en la parte de producción o “output”.
Espero que os haya gustado y no dudéis en dejar comentarios si hay algo que queréis comunicar, tenéis alguna pregunta…
Gracias,
Buenísimo el post. Un cordial saludo.
Muchas gracias Carlota! Me alegro de que te haya gustado, un saludo!
Hola, ¡llevo todo el día leyendo tú blog literal jaja, es adictivo!, pero este post me pareció en suma revelador, de verdad…jamás me había planteado este enfoque…pero es que es obvio, es lo natural, es la forma de trabajar de nuestra mente y nuestra imaginación y a parte, ¡disfrutándolo y aprendiendo lo que mas nos gusta,ufff, maravilloso!, sólo tengo una pregunta cuando realmente estamos desde 0 en el idioma, por donde empiezo, entiendo a la perfección que lo más lógico será iniciar viendo dibujos animados y escuchando canciones muy muy sencillas que me llamen poderosamente la atención, ¿verdad?, pero para que estas me puedan ser comprensibles en el nivel que tengo ahora (casi nulo, más bien prácticamente nulo jeje pero con infinita motivación) ¿que debo hacer, clases que tengan el enfoque TPRS? para empezar a acostumbrarme al idioma o hay algo que pueda hacer on-line y en mi casa (*cuarentena), ya me descargue el libro gratis, ¿cuál es la diferencia con el otro que manejan? 🙂
Saludos
Muchísimas gracias Karen! No te imaginas lo contento que me pone ver tu entusiasmo 🙂 Mira tu correo que te enviado uno para entrar en contacto y que me comentes más sobre tu caso particular!! Un abrazo!