Empezando por éste, quiero presentar una serie de artículos en los que voy a hablar sobre las hipótesis principales del espectacular trabajo de investigación del profesor Stephen Krashen durante las últimas décadas sobre cómo aprender idiomas realmente; unas hipótesis que son fundamentales para entender el proceso por el que un idioma es adquirido.
En este artículo, quiero hablaros de la hipótesis del «aprendizaje vs adquisición» de idiomas
Básicamente, existen dos tipos de métodos en el mundo de la enseñanza de idiomas:
Los que se basan en la adquisición de los mismos, es decir, los que defienden que desarrollamos las habilidades en un idioma cuando entendemos lo que nos dicen, cuando nos centramos en el mensaje; y, por otra parte, los basados en el aprendizaje consciente de los idiomas o, dicho de otra manera, los que se centran en la forma y no en el mensaje.
Yo ya tengo claro qué corriente de enseñanza funciona y cuál no lo hace, pero en este artículo voy a tratar de comparar ambos métodos para que comprobéis vosotros mismos la enorme diferencia existente entre ellos.
En primer lugar, la adquisición es un proceso subconsciente y se produce cuando recibimos «input«, información o entrada comprensible, es decir, al escuchar y al leer. Así es exactamente como los niños pequeños adquieren su lengua materna. Ellos no son conscientes del proceso y desarrollan sus habilidades a partir de la información que reciben, bien de forma oral o escrita. Todos los niños llevan adquiriendo su competencia lingüística de esta manera desde el principio de los tiempos y seguirá siendo así. No entiendo entonces porqué seguimos empeñados en enseñar segundas lenguas de manera diferente y no aplicamos los mismos principios que han ayudado a hablar a todos y cada uno de los niños de este mundo desde las primeras civilizaciones que poblaron La Tierra.
Por su parte, el aprendizaje es un proceso consciente, en el que memorizamos reglas gramaticales, listas interminables de vocabulario… como si estuviésemos estudiando historia e intentando memorizar la lista de los Reyes Godos. Afortunadamente, el cerebro no funciona así, y esa no es la manera de desarrollar nuestras habilidades lingüísticas. Stephen Krashen es bastante tajante en este sentido, y afirma que nunca nadie adquirió un idioma de esta forma (mucha gente ha empezado estudiando de esta forma y llegado a adquirir una lengua, por lo que se tiende a creer que este aprendizaje consciente ha sido la causa, pero al analizar cada caso individual detenidamente se observarán enormes cantidades de “input”, información o entrada comprensible recibidas por diversas vías).
La teoría de la adquisición nos dice entonces que a partir de recibir información o entrada comprensible, el resultado es el desarrollo de nuestras habilidades, incluida la gramática, el vocabulario, correcto deletreo… ; mientras que la teoría del aprendizaje revierte la ley de causalidad, y nos dice que primero aprendemos las habilidades (un proceso bastante duro, por cierto) para luego, algún día y a través de practicar éstas una y otra vez, ser capaces de usar el idioma realmente. El problema es que este momento nunca llega.
Como ejemplo sencillo, pensad en cómo aprende (perdón, adquiere) un niño pequeño la palabra «coche«, cuando sus padres se la repiten varias veces a la vez que le enseñan un coche, o a través de la memorización de una lista de los medios de transporte.
Por lo tanto, tenemos una posibilidad que sabemos que funciona y, además, va a ser placentera, divertida, y, por otro lado, otra que no funciona y es tremendamente costosa, dolorosa, o como la queráis llamar. Como dicen nuestros colegas anglosajones, una es una teoría win-win y la otra lose-lose (doble ganancia vs doble pérdida).
¿Os sorprende ahora por qué los métodos tradicionales basados en la teoría del aprendizaje no sólo no funcionan, sino que también acaban por cansar y desmoralizar a una gran mayoría de los estudiantes, lo que lleva a muchos a perder el interés por los idiomas?
Uno de los principales problemas es que al ser el aprendizaje un proceso consciente, es también tangible, por lo que el hecho de estudiarnos un par de reglas gramaticales nos va a producir una (falsa) sensación de mejora, de desarrollo, y de adquisición. Sin embargo, cualquiera que haya aprendido un idioma con los métodos tradicionales sabe que al enfrentarse a una conversación real nos damos cuenta de que aquella adquisición no se había producido realmente y tenemos verdaderos problemas para expresar lo que queremos decir.
Por su parte, al ser la adquisición un proceso subconsciente, el progreso es más difícil de cuantificar y entra en juego la incertidumbre. Pero tal y como nos ha enseñado el concepto del periodo silencioso, cada persona sabrá cuándo está preparada para empezar a producir en el idioma y, si recibe grandes cantidades de «input» o entrada comprensible, esto se producirá más pronto que tarde. Además, estoy convencido de que os sorprenderá vuestra propia capacidad cuando dicha producción empiece a manifestarse, lo que ayudará a combatir la tan temida incertidumbre.
Un ejemplo interesante
Quería hablar en este artículo del caso específico de uno de los asistentes a los talleres de Agen a los que he hecho referencia en alguna ocasión, un chico de Sudáfrica (nuestro maravilloso profesor de zulú). Bryan es un chico cercano a la treintena que gracias a intercambios de idiomas por skype, a la lectura, a audiolibros y varias otras herramientas, ha sido capaz de adquirir tanto el francés como el español.
Aquí es cuando llega lo interesante de la historia: en ambos idiomas, Bryan era capaz de entender la grandísima mayoría de una conversación a velocidad normal (85-90%),sin embargo, sólo podía hablar, producir… unas pocas palabras y frases de manera natural. Él podría intentar producir más aunque no esté preparado para ello (pensar todo lo que va a decir, lo que le llevaría a ese estilo dubitativo, con pausas… que seguro hemos observado en algunas personas, incluidos nosotros mismos, y que es realmente agotador), pero ha decidido no hacerlo hasta que no esté listo (por ejemplo, intercambios de idiomas en los que él escucha el español y responde en su lengua materna, el inglés), lo que le lleva a no sentir la presión de tener que producir, lo cual no hará hasta que no se sienta preparado de forma natural (las palabras vengan a su cabeza de forma natural y sin tener que pensar, tal y como ocurre en nuestra lengua materna).
Éste es exactamente el caso de los niños pequeños, los cuales reciben información constantemente durante 1-2 años o el tiempo que sea, hasta que llega un momento en el que empiezan a hablar de manera natural. El hecho de que no hablen no quiere decir que no entiendan lo que se les dice (se puede comprobar esto cuando les dices el nombre de un juguete, por ejemplo, y los niños señalan o cogen dicho juguete), sino simplemente que todavía no están preparados para hablar. Una vez más, este caso nos muestra la validez de la teoría de la adquisición, en la que el “input” o información recibida precede a la producción, y no al contrario, tal y como se cree al enseñar un idioma mediante métodos basados en la teoría del aprendizaje.
Otro de los grandes problemas es simple y llanamente el hecho de que los métodos tradicionales basados en la gramática y el aprendizaje son tan dominantes en nuestra sociedad que la gran mayoría de las personas no conoce ninguna alternativa, y cree que es la única forma posible de desarrollar nuestras habilidades lingüísticas en un segundo idioma. Y, gracias a mi experiencia en el extranjero, he podido observar que éste es un problema global. Por determinadas razones, hay países en los que el problema puede estar más acentuado, pero, desafortunadamente, estos métodos predominan en todas las partes del mundo.
Hay esperanza y alternativas
Como ya he comentado en alguna ocasión, yo intenté aprender polaco a través de estos métodos tradicionales basados en el aprendizaje consciente de su gramática, vocabulario… , asistí también a clases de inglés durante años en España (colegio, instituto, universidad…) con esta metodología y, por las conversaciones que he ido teniendo con amigos procedentes de todas las partes del mundo, el problema está ciertamente generalizado y poca gente parece conocer una alternativa a estos métodos tradicionales
Éste es uno de los motivos principales por los que me decidí a empezar este proyecto, para intentar dar a conocer esta opción y llegar al mayor número de gente posible y decirles que existe una alternativa maravillosa, que no sólo es divertida y gratificante, sino que además funciona.
Creo sinceramente que si cada vez más gente empieza a ser consciente de la existencia de esta alternativa eficaz, eficiente y natural, el mundo de la enseñanza de idiomas cambiará a mejor para siempre, proporcionando una oportunidad de oro para desarrollar nuestras habilidades lingüísticas en otros idiomas de una vez por todas.
Por último, quiero dirigirme a aquellas personas que ya sean profesores de idiomas y decirles que, a pesar de lo que pueda haber parecido hasta el momento, mi actitud es totalmente positiva hacia ellas y que no creo en absoluto en su culpabilidad en este proceso, nada más lejos de la realidad. Conozco a una gran cantidad de profesores de idiomas, incluido en mi familia, y se que en su gran mayoría hacen todo lo que está en sus manos para proporcionar a sus alumnos la mejor información y experiencia posibles. Sus dos principales problemas son el desconocimiento de opciones alternativas a los métodos tradicionales (pequeño dardo a las universidades y la formación oficial aquí) y, en muchos casos, la falta de flexibilidad por culpa de leyes educativas, objetivos específicos de sus centros de enseñanza, de sus directores…
Espero que os haya ayudado a comprender un poco más el proceso y a acercaros a la adquisición real de un idioma extranjero o segundo idioma.
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